sábado, 9 de marzo de 2013

Crónica de la asamblea de trabajadores de TITÁN


   Cuando, durante la celebración del juicio por inaplicación de la subida salarial, el representante de la Empresa nos acusaba de ser una “patología” algo residual y desconectada del sentir mayoritario de los trabajadores, se equivocaba, trataba de negar aquello que con cada Asamblea se pone de manifiesto: que somos la expresión, el sentir y la voluntad de la plantilla. Ya que es en Asamblea cuando la plantilla se expresa de manera libre, y decide de manera libre.
   Es la Asamblea soberana la que dicta el mandato al Comité, el que se limita a cumplir lo que allí se decide.
Por eso la Dirección no debe engañarse: una cosa es lo que los trabajadores hacen dentro de la empresas, sometidos por unas férreas relaciones de poder y dominación; y otra lo que manifiestan en un espacio libre como la Asamblea, donde dicen lo que piensan verdaderamente. Aquí reside el error de la Dirección.
   Así, en este espacio, consolidado, abierto y participativo, pudimos hablar de todo el proceso del descuelgue, de la sentencia y de la actuación de cada cual (sindicatos, Dirección y trabajadores) durante el proceso. Incluso pudimos visionar parte del juicio, donde se podía distinguir la posición final de la Dirección y la de los Representantes de los trabajadores en sus alegatos finales.
   También se habló mucho de la unidad y la acción sindical, como única vía para defender y mantener nuestros derechos, y de que hemos de estar preparados para los nuevos intentos de recortar nuestro salario.
   Se rindieron cuentas de las finanzas del Comité, de los gastos y entradas, y de la importancia de dotarnos de una economía propia.
   También hubo tiempo para saludar, con un aplauso emocionado, la intervención del compañero Mercado, que ha formado parte activa de la vida sindical de esta empresa, desde su participación en las primeras elecciones sindicales, y que nos anunció su próxima jubilación.
   Así trascurrió la Asamblea, con la satisfacción de haber conseguido una pequeña victoria con el resultado del juicio, con la convicción de ser sujetos decisivos de nuestro futuro, y de que no nos resignamos a ser espectadores pasivos de lo que deciden otros para nuestras vidas, desde sus despachos.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo a criterio personal me fui satisfecho de la asamblea, di mi opinión, gustara más o menos, y por lo menos me quede agusto.