miércoles, 18 de julio de 2012

Eliminación del turno de trabajo de tarde.



Los turnos tienen efectos muy importantes en nuestras condiciones de vida, en gran parte porque el tiempo no es una magnitud homogénea, es decir, que las horas no son intercambiables. Una hora en miércoles no es igual a una hora en domingo, ni  es igual una hora de tarde que una hora de mañana. Si tienes hijos, el miércoles están en el colegio y el domingo en casa, si trabajas de mañana  veras a tus hijos, si trabajas  de tarde no.

La razón principal es que la vida humana es vida social, el uso del tiempo no es individual, implica relaciones con otras personas, de hecho la mayor parte de actividades humanas sólo tienen sentido si se realizan simultáneamente con otras personas y desde luego, las más significativas para nuestra identidad personal, las realizamos en compañía. Y entre estas actividades no sólo está el trabajo remunerado sino que hay que contar con el trabajo doméstico- familiar, las actividades cívicas y de ocio. El trabajo a turno fijo de tarde o noche, rompe con la concepción del ser humano como ser social, ya que impide la posibilidad de hacer actividades con otros.  

Por eso cuando la empresa nos comunica la eliminación del turno de tarde por temas fundamentalmente económicos, (suprimir la retribución de la turnicidad), nos inquieta que una vez que volvamos a la deseable normalidad, la empresa quiera mantener  turnos fijos de mañana y  de tarde,  lo que comportaría que la mitad de la plantilla quedase fija en el turno de tarde de forma no voluntaria.
Es cierto que la rotación de turnos tiene efectos negativos para la salud, pero es el sistema más igualitario y más justo para todos los trabajadores, y es el que venimos realizando toda la plantilla de producción, sin problemas,  desde el inicio de la aplicación de  los turnos en la empresa, allá por el  año1982.
En las secciones donde no se aplicaba la turnicidad (Titán 3 y Expediciones) tenemos la experiencia de que ha sido fuente constante de conflictos entre trabajadores de los diferentes turnos y con la propia empresa.

Que la crisis implique hacer ciertos ajustes de producción, que es lógico que la empresa trate reducir costes, es normal, pero no  con algo tan importante para nuestras vidas,  no sin tener en cuenta las consecuencias personales que comportará ir en turno fijo de tarde y no rotar, ignorar esta realidad, relativizar todo lo referente a la conciliación es reducir nuestra condición de trabajadores a una mercancía más del proceso productivo, a fuerza de trabajo que se usa sin más, ignorando que detrás de los números hay personas con  relaciones sociales y familiares propias.

Nos dicen que es necesario, que es por nuestro bien, que debemos estar agradecidos, y se nos  impone, sin negociación, sin escuchar nuestras propuestas, pero a eso ya nos tienen acostumbrados, nos oyen pero no nos escuchan, nos miran pero no nos ven.
Se nos agrupa en un solo turno, se nos reduce el salario y en el horizonte cercano, se entrevé el peligro de que alguien ponga tu nombre en una lista de turno fijo de tarde.

Que las ganancias ya no sean las de aquellos gloriosos años de la década anterior, no significa que nosotros tengamos padecer las consecuencias, somos la misma plantilla antes que ahora, y si entonces no fuimos recompensados ahora tampoco se nos debe cargar  el peso de todas las medidas para capear los efectos de la crisis, mientras otros conceptos económicos, otros privilegios sagrados, ni se mencionan, ni se tocan.