Breve crónica de la asamblea celebrada el pasado sábado 14 de Diciembre.
Hay una falsa idea muy extendida
entre los trabajadores de que las asambleas solo se convocan cuando hay problemas o conflictos en las empresas, o están a punto de suceder.
Se asocia pues asamblea con conflicto y esta, deja de tener
sentido cuando el conflicto no existe, o no se ve como algo inminente.
Grave error, porque es
precisamente cuando se da esta circunstancia de aparente paz social, que se
abre un valioso tiempo para la reflexión y el debate, que sirve para entender y preparar mejor los inevitables choques de intereses a los que estamos condenados los trabajadores
frente al capital.
L a asamblea del
pasado sábado fue de este segundo tipo de asambleas, y así se pudo abordar, con tranquilidad, un
orden del día centrado más en lo general que en lo concreto, porque en
definitiva, es lo general lo que determina lo concreto.
Se habló pues de la situación económica del país. De la
campaña mediática del gobierno, que nos quiere hacer creer que estamos saliendo de la crisis, justificándose
en los débiles y contradictorios indicadores de la macroeconomía,
mientras la economía real nos dice lo contrario, que la pobreza abarca cada vez
a capas más amplias de la población.
Se habló de las nuevas
reformas estructurales anunciadas por Rajoy (eufemismo utilizado para esconder más bajadas
de salarios, de pensiones y de derechos sociales, que garantizan el pago de los nuevos
tributos que el gobierno ha de pagar a la Troica por el rescate encubierto a los bancos). Reforma de las pensiones, profundización de la reforma laboral y la nueva ley de seguridad
ciudadana (ley mordaza), diseñada para reprimir el nuevo ciclo de luchas sociales que
se avecinan.
De la pasividad de las
fuerzas de izquierda ante los ataques del gobierno, y del debate legitimo y democrático del derecho a la autodeterminación, que
hace olvidar la agenda de los temas sociales, mientras andan especulando con sus resultados en los futuros
ciclos electorales.